Por ello, realizamos un acompañamiento integral al salir de prisión, ya que es cuando más vulnerables se encuentran.
Lo anterior, lo hacemos a través de la atención psicológica y la oportunidad de un empleo formal, digno y remunerado ya sea dentro de La Cana, o canalizándolas con empresas aliadas, así como brindando acceso a oportunidades educativas.
Las principales barreras a las que se enfrentan las mujeres una vez que egresan de los centros penitenciarios son: La discriminación por parte de la sociedad y en muchas ocasiones, de parte de sus propias familias; la ausencia de un fondo de ahorros para sobrevivir fuera de prisión; la falta de oportunidades laborales y educativas; la falta de una red de apoyo sólida; la falta de documentos de identificación requeridos para acceder a un trabajo y seguridad social; y la falta de acceso a un proceso psicoterapéutico que les permita fortalecer las habilidades sociales necesarias para una reintegración exitosa en sus comunidades y disminuir el riesgo de reincidencia delictiva.
Dado que el sistema penitenciario mexicano es incapaz de solucionar las cuestiones de reintegración: La Cana ha desarrollado un programa integral donde planteamos estrategias de prevención eficaz del delito y procesos de integración social a su comunidad.
La Cana abre las puertas a este lugar para que tengan un hogar temporal donde puedan sentirse seguras y tener la atención que necesitan.
Esta casa es la única de su tipo en México. Es un hogar seguro en donde las mujeres pueden vivir junto a sus hijos e hijas menores de edad, tras recuperar su libertad.
Ofrecemos apoyo y acompañamiento para que puedan reconstruir sus vidas lejos de la violencia; brindamos talleres de educación, capacitación laboral, y atención psicológica. Recibirán todo lo necesario para desarrollar sus habilidades y poder obtener un empleo o autoemplearse, además de apoyo emocional para reconstruir sus vidas.