Siempre fui estudiosa y, cuando llegué a Harvard a estudiar leyes, descubrí algo increíble. De más de 500 estudiantes, solo 8 éramos mujeres. Y cuando, muchos años después, llegué a ser parte de la Suprema Corte de mi país (la corte más importante), éramos pocas mujeres también. Me sentí muy afortunada de poder analizar e impulsar leyes que buscaban nuestra igualdad de oportunidades. Aunque siempre fui introvertida, supe cómo usar mi voz en los momentos más importantes. Y ahora mi voz es parte de un coro de muchas más.
La colección Feminista fue tejida por mujeres privadas de la libertad.
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