Soy de la idea de que la educación es lo más importante. Nací en Pakistán y a mis 11 años los talibanes cerraron las escuelas de niñas en la zona donde yo vivía. Así es que tomé las calles y proteste, y un día terrible me dispararon en la cabeza para silenciarme. Sobreviví y entendí todavía más mi misión: iba a seguir luchando porque las mujeres de mi país y todo el mundo tuvieran acceso a la educación. Gracias a mi valor, gané el premio Nobel de la paz. He abierto escuelas para niñas y seguiré esforzándome para que todas podamos aprender y alcanzar nuestros sueños.
La colección Feminista fue tejida por mujeres privadas de la libertad.
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